Los
fundamentos del proyecto radican en la necesidad de desalentar el
uso de cajeros automáticos o extracciones de dinero en máquinas
expendedoras por parte de las personas que acceden a los establecimientos
de juego.
Muchas de
las personas que concurren a estas salas adoptan lo que podría
denominarse como un "mecanismo reflexivo de autopreservación
de su patrimonio", que consiste en llevar sólo consigo
la cantidad de dinero que, antes de ingresar, consideran "razonable"
apostar para resistir la tentación de jugar o gastarlo
todo.
La "ludopatía",
o "juego compulsivo", es reconocida como un trastorno
mental que empuja a las personas a un abrumador e incontrolable
impulso a jugar, que progresa en intensidad y urgencia, y finalmente
invade, socava y a menudo destruye todo lo que es significativo
en sus vidas.
El funcionamiento
de cajeros automáticos a unos pocos pasos de distancia
del lugar donde se realizan las apuestas, es un elemento que contribuye,
casi que de manera determinante, a disparar el deseo -patológico
o no- de seguir apostando cuando el jugador se queda sin dinero
en sus bolsillos.
A modo de
ejemplo en la Ciudad de Santa Fe se ha instalado un cajero automático
en el interior del shopping a escasos metros de la sala de juego
donde se encuentra el Casino y las máquinas tragamonedas.
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