Elecciones 2011
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Nota de opinión - por Leonardo Simoniello

El Tren Urbano en Santa Fe, un buen comienzo.

La ciudad de Santa Fe es la primera en la provincia y una de las pioneras en el país que contará con el sistema de Tren Urbano por una decisión política comprometida en campaña electoral por el intendente Mario Barletta y que en los próximos días cumplirá con su puesta en funcionamiento. Será, sin dudas, una de las huellas indelebles que dejará la gestión municipal que, con esta acción como otras tantas, derriba el mito del "no se puede".

No es un dato menor que los santafesinos tengamos la oportunidad de recuperar el tren -en este caso- en su versión urbana para la ciudad. Nuestra provincia fue, hacia fines del siglo XIX con 3300 km. de vías férreas uno de los principales territorios por los cuales circularon los ferrocarriles en la Argentina en el proceso de incorporación al mercado mundial a través del modelo agroexportador. Hacia fines de la década de 1920 en nuestro país había 39.500 km. de vías. Toda nuestra historia estuvo y está ligada a la del ferrocarril. Porque fueron nuestros abuelos y bisabuelos inmigrantes quienes acompañaron ese proceso histórico en un país que conformó un crisol de razas. En ese contexto, el tren -como el puerto- fue el principal articulador de la vida económica y social de Santa Fe durante décadas, y otra vez debe volver a serlo.

El paradigma del "no se puede" comienza a ser derribado, con algunas actitudes calaras y concretas de la gestión municipal. La década del 90´, que al furor del gobierno menemista basado en las privatizaciones y la presencia de un estado neoliberal garante del mercado por sobre el estado y la sociedad civil, marcó el quiebre de trayectorias de vida de santafesinos y argentinos que construyeron su identidad en los ferrocarriles argentinos.

Por algunas de estas vías hará su recorrido el tren urbano. Muchos que fueron parte o acompañaron las políticas de esa década, hicieron lo suyo para que los trenes dejaran de circular. Y no sólo eso, sino que desde los entes residuales también desmantelaron y malvendieron bienes de un enorme valor simbólico y material para nuestras comunidades. Hoy, cuando hablamos de rutas abarrotadas de camiones que transportan la producción y que, en ocasiones provocan accidentes viales, también estamos hablando de la ausencia del ferrocarril. Nos vienen a la memoria los trenes del Mitre y "La Belgrano", la vieja estación de "La Francesa" ubicada donde hoy está la estación terminal, o "La Redonda". Estos bienes también están siendo recuperados. No en su totalidad para fines específicos ferroviarios, pero si como símbolos de la ciudad y lugar de encuentro para los santafesinos. No son shoppings ni se transformaron en "negocios" para pocos.

Mario Barletta comienza a concretar un antiguo reclamo de diferentes actores sociales y políticos interesados en no dejar en el abandono y la desidia la historia de nuestro ferrocarril. Hecho que no sólo ocurre con la llegada de la primer unidad cochemotor (próximamente arribará la segunda), sino también con la recuperación de aquellos espacios como propia Estación Belgrano en donde habrá un apeadero o la Estación Guadalupe, lugares por donde pasará y se detendrá el Tren.

Es cierto que es una primera etapa y que el recorrido se circunscribe a algunos sectores de la ciudad, pero es el puntapié para iniciar un proceso de mayor envergadura que involucre a otros actores metropolitanos como Laguna Paiva, Santo Tomé y Monte Vera y que posteriormente pueda ser pensado hacia diferentes lugares de la provincia. El tren urbano es un sistema nuevo cuyo resultado se evaluará sobre la marcha, pero que generará otro medio de transporte en la ciudad y un nuevo atractivo turístico.

Muchos teníamos dudas cuando el intendente Barletta planteó el proyecto en la campaña electoral de 2007 pero la persistencia ante autoridades nacionales no dispuestas a dejar que el proyecto prospere y la férrea decisión política demostraron que podemos tener autonomía para la toma de decisiones y planificación, luego de años de improvisación y desidia en la administración de la cosa pública.

Leonardo Simoniello